Al fin llegó el premio. El Getafe sumó tres puntos de oro ante el Valencia y frenó una mala racha que se prolongaba más de lo deseado. A base de golazos, y con un nivel de concentración que se mantuvo durante todo el partido se logró un triunfo balsámico. Desde el pitido inicial se vio a un equipo con las ideas claras y que saltó al césped a agradar a la afición, que había recibido a los jugadores a la llegada al estadio. Un año antes estaban en Ámsterdam, y ahora apoyando desde la distancia. Aunque para distancia, los 30 metros desde los que Mauro Arambarri anotó el 1-0. Un tanto reservado para genios como el uruguayo.
El gol dio otro aire al equipo, que se quitó un peso de encima y se liberó. Maksimovic corrió hacia un balón que parecía no podría alcanzar y que terminó significando la expulsión de Diakhaby. Instantes después llegó el 2-0 de Mata que ponía tierra de por medio. Aun así, el encuentro se convirtió en un correcalles. José Bordalás agotó cambios con la entrada de Timor, Kubo y Carles Aleñá. El mediocentro sería el encargado de cerrar el triunfo con un gran remate ante el que nada pudo hacer Cillesen.
Los minutos finales fueron un trámite para ambos conjuntos. El Getafe se pone con 27 puntos antes de visitar Valladolid la próxima semana. “¡En los buenos momentos, y en los malos también!”, decía la pancarta. Nosotros no teníamos ninguna duda.