Era un partido en el que se sabía que muchos factores podrían no beneficiar al equipo de Bordalás, y así fue. Un viento muy fuerte motivo que no se pudiera practicar el juego de una forma óptima. El encuentro, en el que se veía a un Getafe que lo tenía controlado, se encontró con un penalti a favor de los azulones y con gol de Molina. Con uno menos el Reus podía parecer que se iban a descomponer, pero fue todo lo contrario, y el equipo local fue cuando tuvo sus mejores momentos.
Luego llegaban las expulsiones de Cala y Molina por parte visitante, y el penalti pitado al Reus a favor, que dejaba las tablas en el marcador y reparto de puntos.


