El 19 de julio de 2020 pasará a la historia para los más futboleros. Ese día se bajó el telón de la Liga más atípica de la historia. Doce meses de duración, un parón forzoso por una pandemia y situaciones totalmente anómalas. El Getafe, que en febrero marchaba tercero, no pudo poner la guinda a un campeonato en el que mereció más suerte y termina fuera de posiciones europeas.
La última jornada tiene estas cosas, que en ocasiones se convierte en una lucha contrarreloj. En un segundo se puede pasar de estar en el objetivo a quedarte sin él por un gol en otro estadio. Precisamente para no depender de lo que ocurría en otros campos el equipo salió con decisión a por la portería rival.
Al cuarto de hora Mata remató un centro lateral para adelantar a los azulones y encarrilar el partido. Sin embargo, el juez de línea levantó la bandera. La jugada se revisó y el árbitro anuló el gol. No sería el último. Minutos después se repitió la situación. Esta vez fue Ángel el que mandó el balón a la red y después de celebrar se volvió a anular. Muy claro no debió ser cuando llevó varios minutos tomar la decisión y la imagen se mostró en televisión pasado un tiempo. Tras la pausa de hidratación siguió el festival. Un tanto del Levante tuvo el encuentro parado cuatro minutos. Y también fue anulado.
Tras el descanso el Getafe dio otro paso al frente. Había que marcar y se hizo. Ángel, muy listo, cazó un balón suelto. El gol parecía legal, pero se volvió a anular. La cara del delantero azulón lo decía todo. Minutos después el Getafe llegó a disfrutar de un penalti, previo paso por el VAR. El lanzamiento de Mata se estrelló con el palo. No parecía el día, pero el equipo lo siguió intentando. Ya a la desesperada lo que llegó fue el gol del Levante que acababa con todas las opciones. El fútbol fue cruel con unos jugadores que lo dieron absolutamente todo y terminaron extenuados. Octava posición que deja al club sin el premio de Europa.
