La vuelta de La Liga se saldó con una derrota abultada en el derbi ante el Atlético de Madrid. La efectividad en las áreas definió un encuentro bastante parejo en ocasiones y acercamientos a portería. Un cuarto de hora bastó a los rojiblancos para abrir el marcador en una gran jugada colectiva que finalizó Álvaro Morata. Jarro de agua fría para empezar cuando ni siquiera se avecinaba el peligro. No se descompuso el Getafe, que por medio de Angileri y Juan Iglesias pisaba campo contrario para servir balones a Borja Mayoral y Enes Ünal. Un remate al larguero del madrileño y un cabezazo desviado del delantero turco fueron las dos más claras en los primeros 45 minutos.
En la segunda parte los nuestros siguieron asumiendo riesgos y buscando la meta de Oblak. Parecía cuestión de tiempo que la fortuna diera un giro hacia el azul, pero lo hizo al rojo. Un robo de balón y tres toques eléctricos permitieron al conjunto visitante poner el 0-2 en el luminoso. Nuevo golpe directo al mentón. Quique Sánchez Flores introdujo cambios para revertir la situación. Entraron Portu y Seoane, debutando como azulones en el Coliseum.
Sin embargo, lo que llegó fue la puntilla. Griezmann, en una transición, puso el definitivo 0-3 con el que se cerraba el encuentro. Muy cruel, porque Borja pudo recortar distancias apenas un minuto antes. El estadio reconoció el esfuerzo con aplausos al término del choque. Borrón y cuenta nueva. A pensar en la segunda jornada.