El Getafe no pudo prolongar ante el Villarreal las buenas sensaciones del triunfo en Huesca. El equipo planteó un partido al ataque, buscando la portería contraria y tratando de llevar la iniciativa. Enfrente, un conjunto que pelea por meterse en la final de la Europa League, y que en Liga está en posición de renovar el pasaporte. A la media hora de juego llegó el primer susto por parte de los locales. Un gol anulado a Samu Chulwueze por fuera de juego.
Lo mismo pasó en el otro área al poco de iniciarse la segunda parte. Un tanto de Jaime Mata quedó invalidado por posición anti reglamentaria. Pasada la hora de encuentro Unai Emery cambió piezas. Metió a Gerard Moreno, Carlos Bacca, Coquelin y Yéremy. El atacante fue el último en entrar, pero acabaría siendo el protagonista. Un tiro cruzado a diez minutos del final desniveló un choque que apuntaba al empate. “En el fútbol la justicia son los goles”, decía Di Stéfano. Así fue. El conjunto azulón remató hasta en 15 ocasiones, por solo cuatro de los locales. Sin embargo, la efectividad de los amarillos impidió sacar algo del Estadio de la Cerámica.
“Podíamos llevar muchos más puntos, pero no nos lamentamos. El equipo tiene un compromiso altísimo y lo sacaremos”, aseguraba Bordalás en rueda de prensa. Siguiente cita: Eibar, en el Coliseum.
